Niño Interior

Este es un texto que escribí la noche del día del niño del 2011 y que nunca publique de fiaca que soy nomás…

Ahí va entonces:

Hoy me sucedió algo raro, en mi trabajo hicieron una reunión por el día del niño
y el piso estaba lleno de niños sonriendo, entusiasmados, jugando a ser adultos en los escritorios de sus padres, mirando a sus padres con esos ojos de asombro, copiando sus acciones y movimientos lejanos de toda preocupación, dándole color y vida al piso, reinaba un aire especial, totalmente diferente al de cualquier otro día, un poco de melancolía y otro tanto de buenos recuerdos alegraron mi mañana y le pusieron pilas para terminarla bien arriba, recordé las intromisiones en el taller de papa cuando le daba por hacer o arreglar algo de la casa pues ya no estaba abocado a la carpintería pero era aquello que como ebanista lo hacia feliz, recordé la primera vez que mami me contó que era una factura c y para que servia y me reconocí en sus miradas, mirada que miraba (valga la redundancia de la palabra)la vida de otra forma, cuando las preocupaciones eran tener que pensar una forma de convencer a nuestros padres para que nos dejen jugar un rato mas al Family, Sega, Play, PC , comer un caramelo mas...etc.
La vida se acelera, el trabajo, la facultad y el ritmo de vida no te permiten disfrutar de las cosas de la misma manera y te preguntas porque antes que tenias tiempo no hacías lo que ahora queres hacer y no podes, y por el mismo motivo antes mencionado todo el mundo anda neurótico y estresado o deprimido y mala onda y si por casualidad tenias una sonrisa al segundo se te borro porque seguro alguien mala onda te contagio...pero hay momentos en la vida que es necesario prestarle atención al niño interior, eso que refleja lo que verdaderamente somos y adonde queremos llegar y cuando me permito volver a ser niña me permito volver a sentir y asombrarme de las cosas simples de la vida poniendo mis pies sobre la tierra y devolviéndome la sonrisa y las ganas de vivir...muchos por vergüenza no quieren reconocer a ese niño y lo ahogan y pierden la capacidad de aprender de uno mismo y cuando se dan cuenta ya es tarde porque los años perdidos no se recuperan, todos los adultos tenemos algo de niños, tengámoslo siempre presente en nuestro corazón para vivir con simpleza este mundo y esta vida llena de locuras y dificultades, así cuando lleguemos al final de nuestras vidas podamos decir , la ya frase trillada, ¡¡la pucha que valió la pena estar vivo!!!